Juicio a una zorra
- Fernando Santacruz
- 18 sept
- 2 Min. de lectura
Helena no es la figura pasiva ni la “femme fatale” que ha perpetuado la historia patriarcal. Es una mujer que decide alzar la voz desde su propio infierno y exigir justicia.
Dramaturgia: Miguel de Arco
Dirección: Alonso Íñiguez
Elenco: Itatí Cantoral

La Reseña...
Hay montajes que se vuelven experiencias únicas por lo que ocurre en escena y por quién lo sostiene.
Viste La Teatreria recientemente y tuve el privilegio de ver la puesta en escena Juicio a una zorra, protagonizada por Itatí Cantoral.
El texto de Miguel del Arco no es sencillo; exige ritmo, matices y una capacidad actoral enorme para sostener un monólogo que desnuda a Helena de Troya, no como esa “femme fatale” que la historia patriarcal nos vendió, sino como una mujer que reclama su derecho a contar su versión. Bajo la dirección de Alonso Íñiguez, Cantoral consigue levantar la obra con fuerza y presencia. Su entrega es absoluta: va de la vulnerabilidad al arrebato sin perder veracidad.
El tiempo en escena se siente justo, nunca cansado. Eso sí, hubo un par de decisiones de dirección que me generaron ruido: acciones que parecían decorativas y no aportaban a lo que ya el texto y la actriz estaban diciendo con contundencia. Nada grave, pero lo suficiente para distraerme en ciertos momentos.
Al final, lo que permanece es la experiencia de ver a Itatí Cantoral dueña del escenario, llevando un texto complejo con claridad y potencia. Juicio a una zorra es una obra que incomoda, cuestiona y, sobre todo, coloca a Helena donde debe estar: en el centro de su propia historia.
Si no la has visto, esta es tu oportunidad: Juicio a una zorra extiende temporada hasta el 30 de octubre, con funciones los jueves en La Teatrería.




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