Los jueves de Julio son de Memoria en el asfalto en Teatro La Capilla; estuvimos en el estreno para tenerles todos los detalles...
Nuestras relaciones se conforman de innumerables fragmentos por los que navegamos continuamente; personas, lugares, recuerdos. Así es el Centro Histórico de la Ciudad de México: un lugar con múltiples capas que se vuelven el espacio propicio para que suceda esta historia de amor extraviado.
Dramaturgia: Aldo Martínez Sandoval. Dirección: Abigail Sánchez Cué. Elenco: Diego Calderón, Francisco Buentello.
Nuestra reseña...
MEMORIA EN EL ASFALTO
Quienes habitamos la ciudad de México, antes Distrito Federal, más antes la gran Tenochtitlán, generamos una extraña relación, oscilante entre el amor y el odio, pero afianzada indudablemente en la codependencia.
Podemos buscar miles de argumentos para odiarla: está sobre poblada, apesta a mierda, el transporte no alcanza, es la más ruidosa y por si fuera poco está secuestrada por las inmobiliarias, pero de la misma manera se nos ocurren las justificaciones para amarla: es diversa, hay movimientos interesantes que promueven el uso de la bicicleta, es una ciudad de avanzada en materia de derechos, eso sin mencionar lo efervescente de su vida cultural, conserva un aire de grandeza que ni la conquista, ni las inmobiliarias pueden borrar, y quizás, en muchos casos, es el escenario ideal para enamorarse y para que te rompan el corazón.
La compañía el ritmo del pez lo sabe bien y muestra de ello es Memoria en el asfalto, una declaración de amor, pero también un sentido reclamo a la ciudad, sobre todo a su centro histórico, con un guion que resalta por su belleza y su constitución: medio poético, medio orientado a la crónica y que es resultado del talento de Aldo Martínez Sandoval, bajo la dirección de Abigail Sánchez Cué, quien es la responsable de hacer brillar a un actor y un músico, Diego Calderón y Francisco Buentello respectivamente, en un escenario austero pero bien planeado, con la grandeza minimalista de Quetzalcóatl y la colonia virreinal, sin dejar de lado la modernidad dicharachera que se ha apoderado del centro histórico.
Memoria en el asfalto es, por desgracia, un ejercicio de corta duración, con sólo tres representaciones restantes, así que si usted es romántico, ama-odia la ciudad y sus crónicas, usted tiene que correr al teatro, además les chismeamos que la obra está sujeta a promociones de #veranoteatral, sigan su redes, anda circulando un 2x1, ósea que el dinero no será pretexto para correr a la taquilla del teatro La Capilla, ubicado en Madrid número 13, los jueves venideros a las 20:00 hrs. Entrada general $200.