Bajo la pluma de Daniel Danis y la dirección de Boris Schoemann; llega al Teatro La Capilla "KIwi" un proyecto de la compañía de teatro Los Endebles A.C. Estuvimos presentes y esto fue lo que pudimos apreciar...
Muestra una ciudad de tantas, en la que el bienestar y la preocupación social son anestesiadas con la celebración de unos juegos olímpicos, mientras en un submundo que sobrevive a base de sueños y deseos, dos niños hacen todo por edificar el mundo que les ha sido negado. El coraje y la pasión de los personajes creados por Daniel Danis nos crean espacios donde los obstáculos se vuelven inexistentes; la indiferencia de un gobierno por estos seres que buscan un porvenir o la exclusión de una sociedad moderna que sólo busca el placer propio, no son excusas para que estos personajes persigan su viaje hacia lo que no conocen: su felicidad.
Dramaturgia: Daniel Danis. Dirección: Boris Schoemann. Elenco: Olivia Lagunas y Guillermo Villegas.
Nuestra reseña...
UNA VOZ PARA LOS SILENCIADOS
El fondo es totalmente oscuro, un par de sillas, ropas que simulan harapos y en el centro de la acción una pequeña de apenas ocho años nos cuenta su historia, marcada por el abandono de sus tíos, por el “arresto” y su llegada la prisión de los “sin familia”, así como su integración a la canasta de frutas, verduras y semillas que componen lo que mal llamamos niños de la calle, renombrados para no ser de la calle y tener un presente que más bien los limpie.
Y así en este nuevo presente esa pequeña, llamada ahora Kiwi nos contará desde su infancia como es vivir en el refugio, porque las niñas y los niños deben unirse como esposos, inhalar solventes y trabajar haciendo “la cosa”, mirando patos y escapando de la maldita policía y sus “limpias” constantes, desapareciendo gente y construyendo una ciudad falsa a la espera de las olimpiadas, describiendo de una manera divertida un mundo hostil, que de no ser por su dulce inocencia resultaría insoportable. ¿De qué ciudad?, ¿de cuáles Olimpiadas?, la especificidad del lugar no importa, avergüenza y hiere que puede ser cualquiera, incluso la nuestra.
Kiwi se presenta como un destilador de talento puro: desde la hechura del texto por Danis Daniel, hasta las interpretaciones: Olivia Lagunas como Kiwi que con cambios muy sutiles nos hace participes de su dura transición de niña a mujer, y Memo Villegas como Lichi, un niño que en realidad nunca tuvo tiempo de ser un niño y si la obligación de proteger como los buenos hombres, hasta la dirección realizada por Boris Schoemann, y el vestuario realizado por Pilar Boliver.
Entre el homogéneo grupo de marginados existen niveles, las mujeres por ejemplo desde hace algunos años, han instalado foros y otorgado voz a sus víctimas, lo mismo sucede con los migrantes y refugiados, pero no así con las niñas y los niños, que por cuestiones fisiológicas y psicológicas se encuentran relegados por una sociedad que privilegia como un valor la presencia adultocéntrica, si con la infancia en general sucede la indiferencia y el olvido, imaginemos el lugar que ocupa la infancia de los desposeídos, los sin familia, los de la calle.
Así Kiwi, les da voz de una manera emotiva y difícil de hacer a un lado, causando silencios largos y culpabilidad ante la risa, al final mi acompañante y yo nos miramos y descubrimos ojos rojos, al milímetro de la lagrima y la satisfacción de haber pasado así nuestra media mañana del sábado.
Kiwi se presenta todos los sábados a la 12:30 horas, en el teatro La capilla (Madrid número 13) No hay pretextos pues manejan un amplio programa de descuentos que va desde los estudiantes, hasta los vecinos de las colonias Coyoacán, Iztapalapa y Benito Juárez. Del 8 al 29 de abril de 2017.
Marcia Pacheco: Es defensora de Derechos Humanos, especializada en Violencia de Género y renegada de las ideologías fundamentalistas, intensa y conflictuada eternamente, acude al teatro en aras de encontrar en él medios de catarsis más efectivos que el psicoanálisis.