Visitamos el Museo Tamayo para describir "Una niña es una cosa a medio formar" y no saben lo que ahí se vivió. les dejamos nuestras impresiones y les aconsejamos aprovechar este su último fin de semana en cartelera.
“Qué tal si pudiera, pudiera hacer. ¿Otro mundo entero una civilización entera en esta, esta ciudad que no es casa? Pero sí puedo. Y puedo elegir esto. Y nadie se está cayendo al infierno.” Desde el nacer, a través de su infancia y adolescencia, una niña se confronta con la fragmentación de su identidad debido al mundo violento que la rodea. Una madre sumamente religiosa, un hermano que padece de una enfermedad mental, y su propia sexualidad turbulenta.
Una historia sobre la pérdida, el duelo, el dolor y la alienación de la identidad. Un relato intimo que como cuerpo voraz, se erige a través de su propia destrucción.
La novela ganó varios premios incluyendo el de Novela irlandesa del año del Kerry Group, el premio Goldsmiths, el premio Desmond Elliott, el premio Baile’s Women’s Prize for Fiction, y el premio Geoffrey Faber Memorial. La adaptación de Annie Ryan fue descrita por The New York Times como “una obra fantasmal, el cuerpo apenas está ahí, más fantasma que persona, y al principio podrías confundirlo con sombra”.
Dramaturgia: Eimar McBride, adaptación de Annie Ryan. Dirección: Juan Pablo Miranda. Elenco: Pía Laborde-Noguez.
Nuestra reseña...
UNA NIÑA ES UNA COSA A MEDIO FORMAR
Un día antes de mirar está puesta en escena, la Ciudad de México ardió, la violencia contra las mujeres había cabreado a un grupo de activistas que sacaron su rabia con pintas e incendios que, no eran más que el reflejo del miedo transformado en ira.
Semanas atrás una chica de catorce años denunciaba la violación a manos de cuatro policías, una anciana de setenta años era violada hasta la muerte en su propio hogar, y una niña de seis violada y asesinada de paso, el perpetrador en realidad iba por un tanque de gas.
Con ese contexto llego a "Una niña es una cosa a medio formar" y la verdad, no fue nada sencillo seguir el monologo con dignidad, una indignación en forma de llanto me atacaba a ratos.
Es que la adaptación llevada a cabo por Annie Ryan tiene la gran virtud de volver a niña la protagonista de su historia, la única vocera e interlocutora, sin necesidad de ningún tipo de interpretaciones. Aunado a ello es necesario alabar el extraordinario trabajo de Pía Laborde-Noguez, es hilarante, agotador e intenso.
No solamente es niña, es feto, es adolescente, es madre, hermano y victimarios. Midamos el valor de las palabras, victimarios en la vida de una niña: victimario es ese tío “buena onda” que te “coge” con cincuenta años cuando tu tienes trece, victimario es ese chico de tu edad que te acorrala hasta la tortura haciéndote desear la muerte y todo ello es Pía Laborde, en una interpretación digna de ser reconocida.
No se trata de un texto fácil, pero si necesario. Un ejercicio artístico que apela a la empatía, a la otredad y a la capacidad de poder diseccionar el encabronamiento.
"Una niña es una cosa a medio formar" es resultado, también, de la dirección de Juan Pablo Miranda, quien con mucha sensibilidad nos enseña que una niña es un ser sagrado y frágil, que lo que se rompe en su infancia difícilmente se recupera.
Una niña es una cosa a medio formar se despide de cartelera este fin de semana, por favor llenémosle el teatro del Museo Rufino Tamayo ubicado en Av. Paseo de la Reforma 51, Bosque de Chapultepec. Con últimas funciones el sábado y domingo a las 18:30 horas. Duración aproximada: 90 minutos. Clasificación: Mayores de 15 años. Entrada general $250.